Las Empresas B buscan ser agentes de cambio para contribuir a la solución de problemáticas sociales y ambientales, a través de la medición del impacto que tienen en estos ámbitos, y comprometiéndose personal, institucional y legalmente en la toma de decisiones, considerando las consecuencias de sus acciones en la comunidad y el medio ambiente.
Las Empresas B buscan ser agentes de cambio para contribuir a la solución de problemáticas sociales y ambientales, a través de la medición del impacto que tienen en estos ámbitos, y comprometiéndose personal, institucional y legalmente en la toma de decisiones, considerando las consecuencias de sus acciones en la comunidad y el medio ambiente.
Las Empresas B combinan la rentabilidad económica con la solución de problemas sociales y ambientales, es decir, trabajan para conseguir el triple impacto (económico, social y ambiental) de manera simultánea. Sin embargo, desde “Sistema B” aclaran que esto no significa que sean perfectas, sino que “asumen el compromiso de generar un impacto socioambiental positivo y lo consideran en toda toma decisiones al interior de la empresa”.
«Se trata de un concepto que comenzó en 2006 en Estados Unidos y que toma cada vez más fuerza entre los emprendedores a nivel global, redefiniendo totalmente el sentido del éxito empresarial», explican en el sitio «sistemab.org». En la actualidad hay más de 3500 Empresas B alrededor del mundo, en 71 países y creando impacto positivo en más de 150 industrias. Y en América Latina, ya hay más de 670 Empresas B que trabajan en la creación de un sistema económico más inclusivo, equitativo y regenerativo para todos.
Estas instituciones tienen la convicción de dejar una huella positiva en el mundo y por eso tienen la misión de apoyar la construcción de ecosistemas favorables para Empresas B y otros actores económicos, y cumplen un estándar para patentarse. Esta certificación es una revisión en detalle de todos los ámbitos de la institución. Junto con ello, busca «identificar todas las posibles áreas de mejora y oportunidades para ser un agente de cambio en la economía, protegiendo la misión y potenciando el triple impacto positivo», explican desde Sistema B.
La certificación es entregada por B Lab, una entidad sin fines de lucro en Estados Unidos. Sistema B es el partner de BLab para todo América Latina. Para certificarse las empresas deben pasar por un riguroso proceso de evaluación, donde mide el impacto que generan en 4 áreas: Gobernanza, Trabajadores, Medio Ambiente, Comunidad, además de medir el impacto que están generando a través de su Modelo de Negocio.
Existe un consenso cada vez mayor de que el crecimiento económico no es suficiente para reducir la pobreza si este no es inclusivo ni tiene en cuenta las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental.
Desde nuestros lugares y organizaciones podemos generar oportunidades para todas las personas, promoviendo la lucha contra la discriminación.